4 jun 2007

Alas Rojas





-¿Porque necesariamente las alas de los angeles tienen que ser blancas?

- ¿quien te ha dicho que soy un angel?- mirandolo friamente

- Posees Alas.- moviendo el rostro, para indicar a lo que me referia.

- Je je je, tu observación me parece graciosa, la vista engaña- añade en forma irónica.

- ¿Que eres?

El silencio

- ¿De dónde vienes?

Silencio.

- ¿De veras quieres saberlo? - mirandome fijamente, sin expresión alguna en el rostro. - ¿de veras quieres saberlo?

Algo en el acento del misterioso personaje me provoco un estremecimiento, senti frio, un inexplicable vacio y a la vez un dolor seco. ¿De verdad querria saber las respuestas?, no estaba seguro, ahora ya no me encontraba tan seguro.

Vi que dio un par de pasos hacia mi, instintivamente me hice hacia atrás.

- ¿De qué tienes miedo?- dibujándose en su rostro una extraña mueca, lo mas parecido a una sonrisa.

- Aun no lo se - mirandola con los ojos muy abiertos.-hay algo en ti, que me es...extraño.

- Ja!, ¿no te basta ver las alas que poseo?

- ¿Tus alas?...Pero ellas...

- ....Ellas son mi maldición.- Con sus ojos fijos en los míos.

-¿Tu maldición?, -sentia la boca seca.- ¿quien eres?.
Me observo fijamente.
-Tu lo sabes. Qué no lo recuerdes o bien no quieras, esa...mi amiga.. es otra cuestión.

Note el claro cambio de voz que puso en esa palabra que separo de las demás. Si, me era familiar, eso me causaba un inexplicable terror.

-Esta bien me voy, no necesito saber quien rayos eres, y no me gustan los misterios, asi que me voy. - di la media vuelta, pero frente a mi encontre el rostro de ella, con una sonrisa.

- Ah no, fuiste tu quien me trajo aqui, y ahora quieres irte sin conocer la verdad. No, me temo que no será posible. La respuesta a esa última pregunta es..soy...tu.

Me quede pasmada, di un paso hacia atrás.
- ¿es una broma tuya?. Q..qu..que significa eso.

- Los seres humanos creen que toda esa furia, ese coraje ante lo que no pueden cambiar, esa parte que desea venganza y que no pueden llevar a cabo por los valores que tienen, o por cobardia, desaparecen, se esfuman, pero no es asi. Mirame, tu me creaste.

Trate de hablar, pero solo movia los labios, no salia sonido alguno de mi garganta. Mientras mis ojos miraban como me volvia la espalda y me observaba desde su perfil con una sonrisa cínica. Fue en ese momento en que repare en la espada que empuñaba en su mano derecha.

- Y ahora..amiga, vengo a devolverte el favor.-Se abalanzo sobre mi, y en un segundo senti un golpe y un dolor agudo en mi pecho, mire hacia abajo, y con un espanto reflejado en mis ojos vi como la hoja de la espada se perdia en mi pecho atravesandolo, la sangre empezo a salir corriendo lentamente como leves riachuelos. La mire.

-¿porque?- colocando mi mano en su cuello.
-Ah..parece que aprendes rápido.- empujando mas la espada. Mi grito me hizo que la empujara con una fuerza desconocida.
-¡Maldita Sea!- sacando la espada de mi pecho con mis propias manos, mientras avanzaba hacia ella.

-Estoy cansada de esto, harta de que me lastimen sin saber porque o para que. Me escuchas ¡HARTA!

Tome la espada, y sin atender a mi razon solo a un instinto animal me dirigi directamente a ella para atravesarle el corazon, pero me contuve en el ultimo segundo, al recordar sus palabras y senti lastima.

-Perdoname. Perdoname. -cai de rodillas ante ella.-No lo sabia, no lo sabia.

- ¿estas consiente que te estas muriendo?- mirandome.
-si..ya no me importa.
Se quedo pensativa un momento, para despues ponerse de pié para decir.

- Voy a entrar en ti, sanando la herida estaras bien, pero ahora sabras lo que se, y sentiras lo que siento. Tendras una perspectiva diferente. Quiza ya no seas la misma. ¿aceptas?

Suspire y movi mi cabeza en forma afirmativa.
-Haz lo que tengas que hacer. Tus cargas seran las mias. Sera como debio de haber sido. Desde ese entonces...

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